Un buyer persona, persona o arquetipo es una representación semi-ficticia del cliente ideal de una empresa construido a partir de datos reales de consumidores.
Su objetivo es servir de guía en la creación de contenidos e implantación de técnicas de inbound marketing. Tener a esta “persona” en la mente al redactar las piezas de contenido o definir las acciones a realizar ayuda a aumentar su eficacia y relevancia para llegar a los usuarios a los que realmente nos queremos dirigir.
Consiste en crear un modelo de cliente al que orientarnos a partir de información demográfica, laboral, familiar, hábitos de comportamiento y de compra, medios por los que se informan, pain points, retos a los que se enfrentan… Tanto de los clientes actuales que consideremos ideales como de datos del mercado, del sector, etc. Para su creación, también nos podemos ayudar de tendencias y patrones detectados, así como de hipótesis bien fundamentadas basadas en nuestra experiencia real.
Hay que diferenciar al buyer persona del público objetivo. El primero es concreto, completo y representa al ideal al que nos queremos dirigir (habitualmente el que más gasta, el más fiel o el que nos recomienda más), mientras que el público objetivo es genérico e incompleto y engloba a todo el grueso de personas a los que nos podemos dirigir. El target o público objetivo se suele clasificar por razones demográficas o socioeconómicas.
Para que el arquetipo sea una herramienta realmente útil, es conveniente ponerle nombre, foto, definir unos rasgos de personalidad, etc.
Entender las motivaciones y retos de nuestro buyer nos ayuda a conocerle más profundamente y poder así satisfacer mejor sus necesidades en cada momento a través de los canales más adecuados y con los mensajes más apropiados.
