Una de las mejores maneras es realizar una estrategia de intercambio de enlaces. Por ejemplo, si tenemos una tienda online de ropa deportiva, podemos ponernos en contacto con deportistas locales que tengan blog para intercambiar un post con ellos a modo de firma invitada o similar con enlace a nuestra web y viceversa. Hay que asegurarse siempre de que los lectores del blog con el que vamos a colaborar coinciden con nuestro público objetivo y de que es una página con buena reputación: que no usa técnicas de Black Hat SEO, que tiene cierta antigüedad, que los textos que se publican son originales, que los posts están redactados de forma natural, etc.
Otra opción es realizar post o enlaces patrocinados. Siguiendo el ejemplo anterior, si no tenemos tiempo de escribir los posts, podemos recurrir a estos deportistas locales, influencers… para que valoren nuestro producto o servicio, dándole acceso a los mismos de forma gratuita. Ellos a cambio, escribirán su opinión y/o pondrán un enlace a nuestra web en la suya, en su blog o en sus redes.
Es conveniente utilizar esta práctica con moderación para que no pierda valor, ya que si se hace masivamente las opiniones de estos “expertos” pueden perder credibilidad. Además, hay que tener en cuenta que cabe la posibilidad de que su crítica no sea positiva (aunque no es lo habitual); por tanto, deberemos cuidar al máximo los productos o servicios que vayamos a proporcionarles y todo lo que les rodea.
Por último, también podemos introducir la ficha de nuestra empresa y productos en directorios de empresas que sean de calidad, como Páginas Amarillas o similares. Hay que tener mucho cuidado con esto, ya que hay muchos directorios engañosos que funcionan como granjas de enlaces y cuyo uso está muy penalizado en el posicionamiento de Google.
