15 años de latido digital

Somos Jaime Moro y Ana Gastaminza, fundadores de Tiralíneas. Hoy nos ha tocado a nosotros hacer balance y no hemos podido evitar caer un poco en la nostalgia. Nos hemos remontado 15 años atrás para intentar recuperar las sensaciones, los pensamientos y las ilusiones con las que empezamos. Y, uffff… nos hemos emocionado. ¡Tiralíneas es ahora mismo mucho más de lo que habíamos soñado! 

Comenzamos trabajando cada uno desde su casa. Entonces, ni nos imaginábamos llegar a donde hemos llegado. Si nos hubiesen dicho que íbamos a dar servicio y colaborar estrechamente con empresas como HubSpot, PrestaShop, Aircall... nos hubiese entrado la risa. Hoy día, es una realidad.

No podemos quejarnos, el tiempo se ha portado bien con nosotros. Actualmente, estamos en un gran  momento como empresa. Si tuviéramos que quedarnos con una palabra que resuma lo vivido sería: orgullo. Sin duda. Nos sentimos orgullosos de haber ido alcanzando metas que antes considerábamos imposibles.

 

Hay mucho trabajo detrás de estos logros… Mucho trabajo y un gran equipo. Tenemos la suerte de haber podido reunir a un grupo de profesionales con capacidades muy diversas que, en la actualidad, nos permite que todo quede en casa y podamos ofrecer un servicio integral a nuestros clientes. 

Entre todos los departamentos hemos ido programando las líneas de código que han determinado el discurrir de Tiralíneas durante este tiempo. Ese es el auténtico alma de Tiralíneas: su equipo.

Durante este tiempo, han pasado muchas cosas. Momentos malos (¡qué vértigo los primeros días del coronavirus!) y grandes momentos (ya hay 9 peques en la familia Tiralíneas). Han aparecido en escena nuevos personajes, la IA se lleva el papel protagonista y tenemos que llevarnos bien con ella, queramos o no. Hemos derribado muros… ¡y no es una metáfora! La oficina es ahora mucho más grande.

Pero a pesar de todos los cambios, nuestro objetivo sigue intacto: ayudar a nuestros clientes a digitalizarse y a mejorar sus procesos para facilitarles su día a día. 

Y ese camino lo hemos hecho con corazón digital. Por muy conectada que esté la sociedad en la que vivimos, si no hay un factor humano, si no está ese corazón presente, el trabajo pierde valor. Esa es una de nuestras señas: ponerle corazón a nuestra labor. 

Así, entre integraciones, webs nuevas, estrategias de mailings, pintxos de tortilla los viernes, bizcochos de cumpleaños, campeonatos de levantamiento de garrafa de agua, partidas de cartas Magic… se han pasado estos 15 años.

Esperamos seguir compartiendo con vosotros muchos más.